FAVOR PARA TODA LA VIDA - Gary Wilkerson

¿Da Dios su favor, bedice abundantemente y  derrama su gracia al corazón hambriento que espera en Él? La respuesta es sí, y nos encontramos con esta ilustración en la historia del nacimiento de Cristo.
Un ángel se le apareció a María para anunciar los eventos sorprendentes que tendrían lugar en su vida: “Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta”. (Lucas 1:26-29, énfasis añadido).
Eruditos de la Biblia dicen que María era muy joven, probablemente un adolescente. Imagínate lo extraño que este encuentro debió ser para ella. He aquí una chica sencilla de una familia y aldea humilde, y un ángel muy imponente se aparece ante ella diciendo “¡Salve, muy favorecida!”
Entonces le anunció algo increíble: “María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo (1:30-32, énfasis añadido)
A menudo la gente temblaba de miedo cuando se les aparecia un ángel, pero María no tuvo miedo aunque si “se turbó” por lo que el ángel le dijo acerca de ser favorecida. Ella vivía en una cultura dominada por los hombres, y en su vida no había evidencia real de ser muy favorecida, sin embargo, ¡una transformación estaba a punto de suceder en su vida y en el mundo!
Quizas te gustaría ver tus circunstancias transformadas. Puede que estes enfrentando enfermedad, dificultades en tu matrimonio o una necesidad financiera apremiante. Al igual que María, puedes recibir el favor de Dios, y testificar como lo hizo ella en un canto de alabanza “Soy bendecida del Señor porque él me ve en todo tiempo, en todas mis circunstancias. Él puede concebir cosas que yo nunca podría imaginar”.
“Y su misericordia es de generación en generación a los que le temen.” (Lucas 1:50) ¡Eso te incluye a ti!