COMPLETAMENTE SEGUROS DEL AMOR DE DIOS

“Porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día” (2 Timoteo 1:12, énfasis añadido). Estas son las palabras de un hombre que está muriendo. El apóstol Pablo se estaba dirigiendo a su pupilo, a Timoteo, el ministro joven al cual estaba entrenando. Más adelante, en la misma carta, Pablo le confía a Timoteo estas difíciles palabras: “Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (4:6-7).
Aunque Pablo dirigió estas palabras a Timoteo, su mensaje habla a todo siervo de Cristo que esté pasando por grandes aflicciones. Considera el contexto: En lo más fuerte de sus propias pruebas insoportables; al estar a punto de morir, Pablo estaba completamente seguro del amor de Dios hacia él. Es más, él estaba convencido de la habilidad del Señor para “guardar mi depósito” aun a pesar de toda la evidencia en contra.
Amados, el consejo de Pablo aquí, es para todos los que están siendo abofeteados diariamente por las fuerzas satánicas, que se encuentran en una lucha espiritual feroz, soportando grandes pruebas como buenos soldados. ¿Cómo podía Pablo hablar con tanta confianza de la fidelidad de Dios a través de cada prueba? ¿De qué estaba exactamente seguro acerca del Señor, de modo de engendrar tal fe?
Pablo no nos deletrea las cosas que había “depositado (en Dios) para aquel día”. Sólo podemos especular respecto a lo que eran esas cosas. Pero, así como Pablo, nosotros también debemos de estar completamente seguros de la fidelidad de Dios para guardar aquellas cosas que le hemos confiado a Él. De hecho, para encarar nuestras pruebas durante estos días difíciles, debemos estar completamente seguros de que Jesús es nuestro Señor y Salvador.