LA PRESIÓN POR HACER LO CORRECTO

El libro de Tito nos dice que la gracia nos es dada como poder sobre el pecado, para darnos la capacidad de vivir vidas sobrias y santas: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito
2:11-13).
Desde Pentecostés ha habido una maravillosa medida de esta gracia en el pueblo de Dios. El Espíritu Santo ha traído convicción de pecado a todas las naciones, enseñando a creyentes de toda raza y lengua cómo hacer a un lado las cosas, la impiedad y la lujuria de este mundo. El resultado ha sido un pueblo que vive sobria y rectamente; y que anhela la venida de Jesús.
La Biblia dice en Zacarías 12:10, que el Espíritu Santo será derramado como el “espíritu de gracia y de oración”. Yo creo que este espíritu de gracia tornará por completo los corazones del pueblo de Dios del mundo y producirá en ellos un clamor de pureza de corazón.
Vamos a ser testigos de una predicación con convicción de pecado, con exposición de lo malo y de arrepentimiento, como nunca antes se vio en la historia. Toda la injusticia, impiedad y necedad serán expuestas y los que están en la casa de Dios, se sentirán compelidos a hacer lo correcto.
Recibí una llamada telefónica de un querido hermano en el Señor, principal en un ministerio. Él y otros líderes de este ministerio se habían estado reuniendo para buscar al Señor, cuando de pronto, el Espíritu Santo empezó a exponer el pecado en medio de ellos. Varios integrantes del equipo ministerial dejaron el ministerio y el hermano me dijo: “Ahora que el Espíritu Santo ha venido, existe una presión por hacer lo correcto”.
Sus palabras me impactaron y no pude hacerlas a un lado: Presión por hacer lo correcto. Cuando el Espíritu Santo viene y expone el pecado, los que han estado tibios o cediendo sus principios, reciben convicción de pecado en sus corazones.
Amados, la presión por dejar el pecado y hacer lo correcto va a intensificarse en los últimos tiempos de la iglesia de Dios.